Soy una persona tan patética que todos los años paso dos semanas después de vacaciones que no se la deseo ni a Xena la princesa guerrera en su primera temporada -que mira que era puta la tía-.
Cuando antes era el temor a los exámenes de repesca, a comprar miles de cuadernos, asustarme con los horarios infernales de salir los viernes a las tres y media de la tarde, ahora los problemas se multiplican:
-La boda de mi hermana, que me ha dejado los bolsillos tiritando
-Mi mudanza... -sueño con cajas y cajas de cartón llenas de cosas-, y todo lo que trae consigo: mes por adelantado, la fianza, comprar los muebles, montarlos, contratar internet, el gas, firmar los contratos, motar todo... ufff, como me canso solo de escribirlo.
-El inventario del curro, que por cierto suele ser el peor día de todo el año.
-Y sobretodo, la vuelta al curro en si, que ha sido brutalmente desagradable...
Resumen: Que ajjjjjjjjjjjjco el volver, con lo bien que uno estaba en la playa tan ricamente sin hacer nada... prometo poner al menos dos fotos del viaje.
Por lo menos dentro de un mes ya estaremos afianzados en nuestra nueva casa, con muchisimas ganas e ilusión ya, y además tenemos el festival de Sitges -del que os informaré en breve, a ver si consigo hacerme con un pase de prensa- a la vuelta de la esquina, y hace mucha ilusión.
¡He vuelto! -Maldita sea...-
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