Por Juanjo
Parece que la ciudad de
Christchurch nos recibe del mismo modo en que nos sentimos nosotros. Triste y derruida.
¡Ay!, como se nota en el cuerpo
que este es el último día que pasamos en este país, dan ganas hasta de llorar.
Me quedaría otro mes entero, repetiría el viaje de pe a pa sin pensármelo ni un
momento. Ha sido increíble, la mejor luna de miel que podía soñar. Este país es
alucinante, una maravilla donde la naturaleza está en todos lados y es
protagonista absoluta, donde su gente sabe lo que tiene y actúa en consecuencia
para protegerlo.
Tiene muy baja población, ya que
en un territorio poco más pequeño que España viven el mismo número de parados
que tenemos en nuestro país, 4 millones. Repito, solo 4 millones de personas en
más o menos el mismo espacio. En España somos 40 millones. Supongo que debido a
eso, y sobretodo en terrenos rurales (la mayoría) la gente te recibe con una
sonrisa, te da los buenos días, te desea que tengas un feliz viaje… solo por
cruzarse contigo en la
calle. Te preguntan de donde eres, te recomiendan sitios, se
acercan a ti para hablarte y preguntarte si te está gustando “nuestro país”
(siempre dicen eso, “disfruta de nuestro país!”). En fin, me estoy enrollando
solo para decir que uno se siente muy bien estando aquí en todos los aspectos.
Hay cosas que me siguen sorprendiendo de forma brutal, parece que la gente no
tiene maldad…
Estos días os he puesto varios
ejemplos y hoy os voy a dar el último, que además nos ha pasado hace menos de
una hora. Estábamos en un centro comercial, a un señor se le ha caído del
bolsillo un billete de 20 dólares, y un chaval, de unos 15 o 16 años lo ha
cogido (nadie le veía, nosotros estábamos un poco lejos), ha ido corriendo a
buscar al señor y se lo ha devuelto. Eso sería posible en España? No quiero
condenar a mi propio país pero… sería muy optimista por mi parte decir que si.
Bueno, pues de estas anécdotas, unas cuantas.
Os voy a contar lo que hemos hecho
estos dos últimos días de viaje. Ayer, después de conducir tres horillas para
venir a Christchurch, queríamos visitar una tienda de cómics que hay aquí (es
algo que siempre hacemos en nuestros viajes) así que dimos un rodeo para
acercarnos. La verdad es que resultó totalmente decepcionante. Poco género,
carísimo (lo importan desde USA) y una tienda muy sosa y sin personalidad.
Con las mismas, como ya era bastante tarde incluso para comer, hicimos lo que siempre digo que NUNCA hay que hacer en un viaje… ir al centro comercial. Pues si, caímos y como estaba cerca, nos metimos y comimos allí. Afortunadamente, el camping estaba al lado, pero como estábamos bastante cansados, fuimos directamente dejando para el siguiente (y último) día la visita a la ciudad.
Christchurch… no podíamos haber
elegido mejor ciudad para elegir terminar el viaje… más que nada porque está a
tono con nuestros sentimientos. Como supongo que sabréis, esta ciudad sufrió un
terrible terremoto hace unos dos años que dejó miles de muertos (muy fuerte) y
una ciudad en ruinas. Yo pensaba que después de tanto tiempo la cosa estaría
más o menos arreglada… pero ni mucho menos. Todo el centro de la ciudad (y con
él todas las cosas interesantes para ver) están cerradas al paso. No se puede
acceder por peligro de derrumbamiento. Imaginaos que en Madrid pasa lo mismo y
cierran desde la puerta de Alcalá hasta Plaza de España. ¡¡Pues algo parecido!!
La zona coloreada en el mapa esta cerrada con vallas.
Dos años después y es terrible
caminar por este sitio, da muchísima pena pensar toda la gente que murió, todos
los descampados, los edificios desmantelados, las iglesias caídas… sobrecoge un
montón. Además, vas andando y, cual Silent Hill, una valla aparece en la
esquina y te impide seguir avanzando.
Es la ciudad de las grúas, todo
está en proceso de reconstrucción. Lo que más nos ha llamado la atención es que
la zona de compras de turismo (algo así como la calle Preciados de
aquí) se colapsó totalmente, destruyendo los comercios. Lo que han hecho, para
ir tirando, es poner muchísimos compartimientos de carga (de esos enormes que
llenan los barcos de mercancía), y poner las tiendas así. En la foto lo
entendéis mejor.
La zona de tiendas de la que es ahora, la calle principal
Lo mejor que se puede hacer es
visitar el jardín botánico, una especie de parque del retiro enorme y muy bien
cuidado, frondoso, cercado por un río muy chulo donde se ve a la gente en botes
y piraguas. Ha sido un paseo muy agradable.
Con las mismas, nos hemos vuelto
al camping. Ahora si que la cosa se acaba. Solo nos queda hacer las maletas,
limpiar la que ha sido nuestra casa por 24 días y dejarla lista para que mañana
la devolvamos, vayamos al aeropuerto, y después de 33 horas, volvamos a casa.
Ha sido inolvidable. Seguiremos
escribiendo más cosillas del viaje, ya desde casa. Un abrazo y gracias por
leernos!
2 comentarios:
Os esperamos impacientes para q nos conteis mil cosas más! Tenemos muchas ganas d veros!
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