Memorias de una Geisha

Memorias de una Geisha ha tenido el honor de ser la última película vista por mi en el pasado año 2005.

Tenía muchas esperanzas puestas en ésta adaptación, puesto que el libro de título homónimo es uno de mis favoritos. La historia, tanto en papel como en celuloide, narra de vida y el proceso de conversión a Geisha de una niña de campo que es comprada para tal fin. Aunque la historia de Sayuri (la protagonista) sea ficticia, no lo es los ambientes en los que se mueve, así como el contexto histórico en el que se ambienta (los años que rodean a la segunda guerra mundial).

La fidelidad con la que transcribe el libro es genial, es muy, muy fiel, algo que realmente me ha alegrado mucho, pues pocas películas logran poner en pantalla lo que (yo personalmente) me había imaginado dentro de mi cabeza. Así, el escenario de la Okiya, las calles de la ciudad, el ambiente... todo coincidía con lo imaginado.

Técnicamente la película es apabullante, me ha dejado impresionado realmente. Unos escenarios maravillosos, una fotografía que bien merece el Oscar, una música mágica (cortesía del siempre genial John Williams) nos transporta a un mundo y época que ya no vamos a poder vivir.

Las actuaciones son geniales, de todos y cada uno de los personajes, empezando por la protagonista o cualquier secundario (mención de honor para el personaje de Mameha, que es genial, como en el libro).

Creo recordar que la película se estrena a finales de enero en nuestro país. Yo voy a ir a verla de nuevo en pantalla grande, y os recomiéndo que no os la perdáis, pues pocos estrenos gozan de tanta sensibilidad, armonía y belleza que en ésta cinta. Hay poesía en cada uno de sus planos (el baile de Sayuri es sencillamente embriagador, emociona).

Imprescindible.

P.D. Que cachondo que la protagonista sea una china, haciéndo de Japonesa, hablando en Inglés, xD.